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Encuentro de las fma jóvenes de Madagascar
Ivato (Madagascar)
«Una comunidad no es un grupo de mujeres que quieren vivir juntas por simpatía, sino una llamada misteriosa del Padre que nos convoca a imitar y manifestar la vida de la Sma. Trinidad. Lo esencial de la vida religiosa descansa sobre cuatro pilastras: la unión con Dios, la secuela Cristo mediante los votos, la vida comunitaria y el apostolado. Interdependientes uno de otro». Éste es el mensaje que el obispo emérito de la diócesis de Fianarantsoa mons. Philibert Randrimbolona dejó a las fma jóvenes de Madagascar. En efecto, durante un encuentro que tuvo lugar el mes pasado, las fma con menos de diez años de profesión de la visitaduría malgache María fuente de vida (MDG), tuvieron tres días de reflexión, en los que en un momento de la verífica, se lanzaron hacia prospectivas y compromisos de futuro. Varios fueron los temas que se trataron, desde el Aguinaldo del Rector Mayor, a la profundización de los textos litúrgicos y del sentido de la oración del oficio de las horas, a la inculturación de la religiosa en Madagascar partiendo del fragmento de Pablo en la primera carta a los Corintios en el capítulo 13, deteniéndose en la Caridad.